Ambulancieros» de vocación
Manuel Fondón y Sonia Armengol ganan en Madrid sendas medallas de oro en las Olimpiadas de Formación Profesional
Sonia Armengol y Manuel Fondón, ayer, en una ambulancia. javier g, negrete
Marta PÉREZ
«Siempre quise conducir una ambulancia, desde crío. Lo mío era obsesión con las sirenas y las luces dando vueltas». Manuel Fondón, ovetense de 18 años, lleva la profesión de «ambulanciero» en la sangre. La semana pasada ganó en Madrid, junto a su compañera Sandra Armengol, de 19 años, una medalla de oro en las Olimpiadas nacionales de Formación Profesional. Los jóvenes obtuvieron el galardón en la modalidad de demostración, con una exhibición de los conocimientos aprendidos en un curso de técnicos de transporte sanitario que realizan en Oviedo.
Manuel Fondón y Sandra Armengol están recibiendo un curso de 1.000 horas subvencionado por el Instituto para la Reestructuración de la Minería del Carbón y el programa «Formic», cuyas prácticas se realizan en la empresa concesionaria del transporte sanitario en Asturias, Transinsa. «Es un curso muy completo. Hicimos otros anteriores donde, por ejemplo, no te enseñan nada de psicología, que es una parte muy importante en esta profesión», explica Sandra Armengol. «Hay que coger la mano a los pacientes que trasladas y escucharles. A ellos le sirve para desahogarse», añade la joven. «En estos meses es ya como si conociera a todas las nietas de las señoras mayores de traslados rutinarios al hospital», cuenta Manuel Fondón.
Los dos jóvenes creen que el jurado de profesionales que valoró su exhibición tuvo muy en cuenta sus nociones de psicología, que desplegaron en los dos ejercicios prácticos. El primero consistía en introducir a un paciente en una ambulancia colectiva y el segundo, en atender una rotura ficticia de cadera de una mujer.
«Hicimos lo que aprendimos en el curso», explica Sonia Armengol. «Las prácticas en Transinsa son la vida real. Te enfrentas a diario a pacientes y situaciones reales bajo la supervisión de profesionales, y así complementas perfectamente la formación teórica recibida», añade Manuel Fondón a las reflexiones de su compañera.
Uno de los monitores de las prácticas que realizan los jóvenes en Transinsa, Ignacio López Quince, explica que la formación de técnico en transporte sanitario en España se impartirá, en el horizonte 2010-2012, como una enseñanza de Formación Profesional. De momento, los cursos, con un temario muy completo, y las aplicaciones prácticas salvan la situación. La empresa Transinsa se ha comprometido a contratar a un grupo de los doce alumnos que realizan el curso. «Es una oferta atractiva, y más en estos tiempos», sostiene López.
Sonia Armengol y Manuel Fondón, ayer, en una ambulancia. javier g, negrete
Marta PÉREZ
«Siempre quise conducir una ambulancia, desde crío. Lo mío era obsesión con las sirenas y las luces dando vueltas». Manuel Fondón, ovetense de 18 años, lleva la profesión de «ambulanciero» en la sangre. La semana pasada ganó en Madrid, junto a su compañera Sandra Armengol, de 19 años, una medalla de oro en las Olimpiadas nacionales de Formación Profesional. Los jóvenes obtuvieron el galardón en la modalidad de demostración, con una exhibición de los conocimientos aprendidos en un curso de técnicos de transporte sanitario que realizan en Oviedo.
Manuel Fondón y Sandra Armengol están recibiendo un curso de 1.000 horas subvencionado por el Instituto para la Reestructuración de la Minería del Carbón y el programa «Formic», cuyas prácticas se realizan en la empresa concesionaria del transporte sanitario en Asturias, Transinsa. «Es un curso muy completo. Hicimos otros anteriores donde, por ejemplo, no te enseñan nada de psicología, que es una parte muy importante en esta profesión», explica Sandra Armengol. «Hay que coger la mano a los pacientes que trasladas y escucharles. A ellos le sirve para desahogarse», añade la joven. «En estos meses es ya como si conociera a todas las nietas de las señoras mayores de traslados rutinarios al hospital», cuenta Manuel Fondón.
Los dos jóvenes creen que el jurado de profesionales que valoró su exhibición tuvo muy en cuenta sus nociones de psicología, que desplegaron en los dos ejercicios prácticos. El primero consistía en introducir a un paciente en una ambulancia colectiva y el segundo, en atender una rotura ficticia de cadera de una mujer.
«Hicimos lo que aprendimos en el curso», explica Sonia Armengol. «Las prácticas en Transinsa son la vida real. Te enfrentas a diario a pacientes y situaciones reales bajo la supervisión de profesionales, y así complementas perfectamente la formación teórica recibida», añade Manuel Fondón a las reflexiones de su compañera.
Uno de los monitores de las prácticas que realizan los jóvenes en Transinsa, Ignacio López Quince, explica que la formación de técnico en transporte sanitario en España se impartirá, en el horizonte 2010-2012, como una enseñanza de Formación Profesional. De momento, los cursos, con un temario muy completo, y las aplicaciones prácticas salvan la situación. La empresa Transinsa se ha comprometido a contratar a un grupo de los doce alumnos que realizan el curso. «Es una oferta atractiva, y más en estos tiempos», sostiene López.
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