La F.C. y T. de CC.OO. Canarias sigue reclamando un mejor servicio de ambulancias para Tenerife
CCOO reclama un mejor servicio de ambulancias para Tenerife
CCOO se pregunta para qué llevan las ambulancias desfibriladores sin los trabajadores no reciben cursos sobre su uso.
El secretario de Política Institucional y Comunicación de la Federación de Comunicación y Transporte de Comisiones Obreras Canarias, Pedro Costeras, denunció hoy la situación en que se está prestando el servicio de ambulancias en la isla de Tenerife y más concretamente aquel que se refiere al transporte no urgente.
“Es lamentable que la empresa concesionaria y, sobre todo, la administración, no participen del consenso de toda la ciudadanía respecto a la mala calidad de este servicio”, afirmó. “La primera, por su negativa a cumplir con las condiciones que le impone el pliego de cláusulas de contratación del servicio, y la segunda porque parece asistir como mero invitado de piedra a este doloroso debate que comienza a asomarse a los medios de comunicación”.
Según Comisiones Obreras, “Tenerife merece un mejor servicio de ambulancias que el que le presta la empresa concesionaria”, y recuerda que hace unos meses “nos hicimos eco de las declaraciones de un conocido empresario de ambulancias en las que afirmaba textualmente que 'sólo el 30% de los pacientes que son trasladados en ambulancia a los centros sanitarios de la Isla requieren este servicio, mientras que la necesidad de otro 30% es ‘dudosa’'. Para Costeras, “es lógico que con un planteamiento de estas características el servicio haya llegado al actual nivel de deterioro”.
Esta situación viene provocada por el hecho de que la empresa concesionaria no cumple con las condiciones de contratación con las que ganó el concurso. Las unidades de traslado de enfermos no están equipadas como debieran, llegándose al caso de que cada unidad recibe una (1) mascarilla para la oxigenoterapia cada seis meses, cantidad que se agota tan pronto un paciente requiera de dicho tratamiento, “¿qué pretende la empresa que hagan los demás usuarios?, ¿utilizar una y otra vez la misma mascarilla, o insinuar a los trabajadores que prescindan de la oxigenoterapia?”, denuncia. Lo mismo ocurre con la lencería de las unidades, la mayor parte de la cual proviene de los propios hospitales, ya que la empresa se niega a entregar “siquiera sea un juego de sábanas”. Lo mismo puede decirse de las ausentes rampas para subir a los pacientes a las unidades o de mucha parte del instrumental.
El deterioro en el servicio obedece también a la ausencia de cursos de formación para unos profesionales a los que se le exige un importante nivel de competencia. Hay trabajadores que llevan prestando servicio desde hace 15 años y aún no han recibido “la más elemental formación por parte de la empresa”. Han sido los sindicatos los que han corrido con los gastos de la formación, cuando no han sido los propios trabajadores los que han tenido que aportar parte de su sueldo para abonarse cursos cuyo coste asciende a varios cientos de euros. “Tomemos como ejemplo la instalación de desfibriladores en las unidades, ¿cuándo se han realizado los cursos de utilización que exige la ley?. ¿Para qué se presenta a bombo y platillo estas nuevas unidades terapéuticas cuando se sabe que de hecho no van a entrar en funcionamiento?”.
A esto se suma la reiterada denuncia sobre la falta de ambulancias. El contrato exige la presencia de 107 unidades, “una cifra a la que por fin se ha llegado tras muchos años de batallar porque la empresa se negaba a alcanzar el número ¡a la que estaba obligada!”. Pero es que ahora, a pesar de que existen las unidades, más de 20 se encuentran en reparación, con lo que cualquier día de servicio se atiende con 75 u 80 unidades. Esto se traduce en que cada día quedan sin atender muchas rutas. “Y las que tienen la suerte de tener el servicio, observarán retrasos de hasta 12 horas. Por si esto fuera poco, una parte importante de las unidades sobrepasan los ocho años de edad, lo que para una ambulancia no es solo disparatado, sino también ilegal”.
Por estos motivos las empresas concesionarias acumulan múltiples denuncias y condenas, lo que al Gobierno canario “no parece llamarle a la reflexión sobre la forma en que se están convocando los concursos para la concesión del servicio, las garantías que se están pidiendo a los adjudicatarios y, sobre todo, los medios de control de la calidad del servicio. Tal vez ahora que se acercan las elecciones, los gobernantes sean por fin más sensibles a las necesidades de los ciudadanos que reclaman un mejor servicio de ambulancias para la isla de Tenerife. No basta con decir 'ya tenemos constancia' si después no se pretende cambiar la situación”.
CCOO se pregunta para qué llevan las ambulancias desfibriladores sin los trabajadores no reciben cursos sobre su uso.
El secretario de Política Institucional y Comunicación de la Federación de Comunicación y Transporte de Comisiones Obreras Canarias, Pedro Costeras, denunció hoy la situación en que se está prestando el servicio de ambulancias en la isla de Tenerife y más concretamente aquel que se refiere al transporte no urgente.
“Es lamentable que la empresa concesionaria y, sobre todo, la administración, no participen del consenso de toda la ciudadanía respecto a la mala calidad de este servicio”, afirmó. “La primera, por su negativa a cumplir con las condiciones que le impone el pliego de cláusulas de contratación del servicio, y la segunda porque parece asistir como mero invitado de piedra a este doloroso debate que comienza a asomarse a los medios de comunicación”.
Según Comisiones Obreras, “Tenerife merece un mejor servicio de ambulancias que el que le presta la empresa concesionaria”, y recuerda que hace unos meses “nos hicimos eco de las declaraciones de un conocido empresario de ambulancias en las que afirmaba textualmente que 'sólo el 30% de los pacientes que son trasladados en ambulancia a los centros sanitarios de la Isla requieren este servicio, mientras que la necesidad de otro 30% es ‘dudosa’'. Para Costeras, “es lógico que con un planteamiento de estas características el servicio haya llegado al actual nivel de deterioro”.
Esta situación viene provocada por el hecho de que la empresa concesionaria no cumple con las condiciones de contratación con las que ganó el concurso. Las unidades de traslado de enfermos no están equipadas como debieran, llegándose al caso de que cada unidad recibe una (1) mascarilla para la oxigenoterapia cada seis meses, cantidad que se agota tan pronto un paciente requiera de dicho tratamiento, “¿qué pretende la empresa que hagan los demás usuarios?, ¿utilizar una y otra vez la misma mascarilla, o insinuar a los trabajadores que prescindan de la oxigenoterapia?”, denuncia. Lo mismo ocurre con la lencería de las unidades, la mayor parte de la cual proviene de los propios hospitales, ya que la empresa se niega a entregar “siquiera sea un juego de sábanas”. Lo mismo puede decirse de las ausentes rampas para subir a los pacientes a las unidades o de mucha parte del instrumental.
El deterioro en el servicio obedece también a la ausencia de cursos de formación para unos profesionales a los que se le exige un importante nivel de competencia. Hay trabajadores que llevan prestando servicio desde hace 15 años y aún no han recibido “la más elemental formación por parte de la empresa”. Han sido los sindicatos los que han corrido con los gastos de la formación, cuando no han sido los propios trabajadores los que han tenido que aportar parte de su sueldo para abonarse cursos cuyo coste asciende a varios cientos de euros. “Tomemos como ejemplo la instalación de desfibriladores en las unidades, ¿cuándo se han realizado los cursos de utilización que exige la ley?. ¿Para qué se presenta a bombo y platillo estas nuevas unidades terapéuticas cuando se sabe que de hecho no van a entrar en funcionamiento?”.
A esto se suma la reiterada denuncia sobre la falta de ambulancias. El contrato exige la presencia de 107 unidades, “una cifra a la que por fin se ha llegado tras muchos años de batallar porque la empresa se negaba a alcanzar el número ¡a la que estaba obligada!”. Pero es que ahora, a pesar de que existen las unidades, más de 20 se encuentran en reparación, con lo que cualquier día de servicio se atiende con 75 u 80 unidades. Esto se traduce en que cada día quedan sin atender muchas rutas. “Y las que tienen la suerte de tener el servicio, observarán retrasos de hasta 12 horas. Por si esto fuera poco, una parte importante de las unidades sobrepasan los ocho años de edad, lo que para una ambulancia no es solo disparatado, sino también ilegal”.
Por estos motivos las empresas concesionarias acumulan múltiples denuncias y condenas, lo que al Gobierno canario “no parece llamarle a la reflexión sobre la forma en que se están convocando los concursos para la concesión del servicio, las garantías que se están pidiendo a los adjudicatarios y, sobre todo, los medios de control de la calidad del servicio. Tal vez ahora que se acercan las elecciones, los gobernantes sean por fin más sensibles a las necesidades de los ciudadanos que reclaman un mejor servicio de ambulancias para la isla de Tenerife. No basta con decir 'ya tenemos constancia' si después no se pretende cambiar la situación”.