DENUNCIAS EN EL TRANSPORTE SANITARIO
Los enfermos llevan años denunciando sin éxito el "caos" del transporte sanitario
A pesar de los centenares de reclamaciones que el transporte sanitario no urgente recibe al año, de que ya en 2001 el Diputado del Común evidenciara sus "deficiencias" y del cambio de empresa adjudicataria, los enfermos siguen esperando horas por una ambulancia.
NURIA DÍAZ, S/C de Tenerife DOMINGO, 22 DE OCTUBRE DE 2006
Largos trayectos, retrasos, vehículos inapropiados e inseguros, mala atención por parte del personal, abandono, amenazas... así hasta un total de 25 deficiencias diferentes, que han sido motivo de múltiples reclamaciones presentadas ante diferentes administraciones, tienen que sufrir cada día los usuarios del transporte público sanitario programado de Tenerife.
Carencias que no sólo se traducen en interminables horas de espera tanto para llegar como para salir de los centros sanitarios de la Isla, sino que también afectan al estado de salud de unas personas, que además de estar enfermas tienen una edad media de más de 60 años.
La Asociación de Enfermos Renales de Tenerife (ERTE) lleva años denunciando esta situación que consideran inadmisible, y que también ha llegado a inquietar al Diputado del Común, que ya en el año 2001, en el Estudio sobre la situación del servicio público de la salud en Canarias, denunció este problema que afecta fundamentalmente a las personas que acuden a los servicios de rehabilitación y a los enfermos renales. Especialmente a estos últimos, ya que los primeros tienen un tratamiento de varios meses, mientras que los segundos pasan años en diálisis.
A pesar de las múltiples reclamaciones al transporte sanitario no urgente realizadas por los usuarios (sólo ERTE ha presentado en los últimos años cerca de doscientas denuncias de media al año), de las advertencias realizadas por el personal médico sobre los efectos nocivos que estas esperas tienen sobre la salud de los pacientes y de las llamadas de atención realizadas por el Diputado del Común, la situación sigue prácticamente igual. "Está claro que este servicio no cubre las necesidades de los pacientes", apuntaron a este periódico fuentes médicas, que (como muchos de los pacientes consultados) prefieren permanecer en el anonimato por miedo a que los enfermos sufran represalias por parte de la empresa. Algo que, apuntan, ya ha sucedido en ocasiones anteriores.
Todo esto a pesar de que la empresa pública responsable del servicio, Gestión de Servicios para la Salud y la Seguridad en Canarias, reconoce que los traslados de diálisis, junto a los de oncología y radioterapia, son prioritarios y, por ello, están sujetos a consideraciones especiales.
18.045 pacientes trasladados
Durante el pasado mes de septiembre el servicio programado de ambulancias trasladó a un total de 18.045 pacientes en la provincia tinerfeña, informaron fuentes de la empresa pública Gestión de Servicios para la Salud y la Seguridad en Canarias. Aunque no negaron que en ocasiones se produzcan retrasos, explicaron que éstos están dentro de los límites establecidos. Subrayaron que la empresa pública realiza controles periódicos del servicio y, para conocer la gestión que realiza la mesa de transporte, estudian una serie de parámetros, como los recursos disponibles, el número de reclamaciones y de incidencias, la gestión de listas de pacientes pendientes de plaza o el número de solicitudes, con los que luego realizan un informe interno mensual para tratar de corregir los fallos. Además realizan inspecciones periódicas a los vehículos.
Un eslabón más de una larga cadena
Desde Gestión de Servicios se argumentó también que la coordinación de las ambulancias en el traslado no urgente de enfermos es simplemente un eslabón más de una larga cadena, en la que también tienen su papel los centros sanitarios. Para ellos la solución a estos problemas requiere la colaboración entre todos los servicios implicados, por lo que pidieron más flexibilidad en los horarios. "El problema no es sólo de la gestión de transporte", pues, afirman, sus recursos siempre están en funcionamiento.
Por último, señalaron las dificultades para coordinar los recursos con un abanico de necesidades tan amplio, más cuando se trata de un servicio tan sensible como el del transporte sanitario.
